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«-¿Qué es lo que hay allí?

-Futuro.

-No. Allí no hay futuro, no sea ingenuo. Allí solo hay carroñeros, como en todas partes.»

Mateo y Celso.

A lo largo del siglo XV los navegantes portugueses exploraron la costa oriental de África rumbo al Sur. Tenían como objetivo llegar a la India alejándose lo más posible de Europa. Si podían bordear este continente y llegar a su destino, lograrían hacerse con las codiciadas y carísimas especias asiáticas.

Solo llegaron a alcanzar el cabo Bojador, frente a las Islas Canarias, y el de Buena Esperanza. Portugal consiguió gracias a estas exploraciones en África, oro, especias y esclavos. Ejemplo que fue seguido por Castilla.

En 1492 Cristobal Colón logró llegar a América, un Nuevo Mundo completamente desconocido y con el que Castilla logró el monopolio mercantil. Se establecieron pequeñas factorías en el Caribe y se iniciaron las exploraciones en el centro y el sur de América. Y surgieron grupos de colonizadores que se beneficiaban del trabajo gratuito de los nativos en explotaciones agrícolas y minas de oro.

Sevilla y el Nuevo Mundo[]

La libertad de piratas en la ruta entre Europa y América hicieron que este recorrido fuera inseguro. Pero si se decidía atracar en Sevilla, se podía evitar la amenaza de los turcos por el Mediterráneo. Así fue como esta ciudad se hizo con el monopolio comercial con el Nuevo Mundo.

Sevilla sería considerada la llave de las Indias: el único puerto que estaba autorizado para realizar expediciones con América. Esto provocó que en Sevilla se agolpasen barcos y mercaderes de todo el mundo y que la ciudad se convirtiera en el centro económico y comercial de toda Europa.

Viajar al Nuevo Mundo[]

La Casa de la Contratación era la institución encargada de regular las expediciones y seleccionar a los pasajeros que viajarían al Nuevo Mundo. Para poder realizar esta travesía como marinero era necesario ser castellano y cristiano; además de tener una reputación intachable.

Sin embargo, el descontrol de la ciudad y las necesidades de prosperar económicamente hacen que se empiecen a encontrar formas de burlar las ordenanzas. Serán muchas las personas que traten de huir hacia el Nuevo Mundo tras ser condenados por la Inquisición, cometer un delito o para prosperar económicamente.

Partes de la tripulación[]

Las expediciones que viajan hacia el Nuevo Mundo son amplias y muy jerarquizadas. Los marineros y grumetes, profesionales de la navegación, serán los que lleven la mayor parte del peso.

Pero existen muchas funciones de gran importancia que desempeñarán otros miembros de la tripulación: el contramaestre será el que distribuya el trabajo, el escribano el que se encargue de mantener un control por escrito y hacer de notario, el vendedor trabajará en las cuentas y revisará que se cumplan las ordenanzas relacionadas con la tripulación, las mercancías y los gastos.

En cuanto a los cuidados de las instalaciones, mientras que el tonelero se encargará de las provisiones de agua, con el casco del navío trabajarán calafates, carpinteros y buzos. Médicos y cirujanos también subían a bordo para ayudar si había algún problema con el estado de salud de la tripulación.

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